zarza ardiente

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sábado, 31 de marzo de 2012




¿Qué dicen el Papa y los Obispos sobre el Don de la Música y el Canto?



"Sabéis cuánto apreciamos el canto. Creemos que, en la fría tristeza de un mundo congelado por el egoísmo, el canto, situado justo en su puesto -al servicio de la liturgia- , puede cooperar eficazmente a encender de nuevo la llama de la alegría y el fervor. Puede cooperar eficazmente a que se viva con más intensidad el amor fraterno fundiendo los corazones a unísono e la alabanza a Dios. Puede romper la barreras que hacen al hombre de hoy indiferente para con sus hermanos y hacer comprender mejor a las almas el auténtico espíritu de la Iglesia".
(PABLO VI . 1.969)
" La música tiene capacidades altísimas para expresar las riquezas de toda cultura. Pero no sólo eso, sino que por su naturaleza puede hacer resonar melodías interiores, despierta intensas y profundas emociones, ejerce un poderoso influjo con su encanto.
Tanto si exalta la palabra del hombre como si da forma melódica a la Palabra que Dios ha revelado a los hombres, la música, como voz del corazón, suscita ideales de belleza, de perfecta armonía, de comunión universal. Por su trascendencia, la música es también expresión de libertad. Por tanto, la música tiene -en sí misma- valores esenciales que interesan a todo hombre. Basándose en estas dotes, que todos pueden experimentar, la música es propuesta como lenguaje ejemplar de comunicación. Se trata de un lenguaje universal, en cuyos sonidos los espíritus concuerdan y se funden en fraternidad de mentes y corazones. Porque la música está dotada, entre todos los medios artísticos, de una particular fuerza de penetración en los espíritus.
Como es sabido, la Iglesia ha cultivado y favorecido siempre la música, en cuanto testimonio de la riqueza vital de una comunidad. Es más: la Iglesia cree e insiste a fin de que en el momento más elevado de su actividad, como es el de la liturgia, la música entre como elemento de glorificación a Dios, como expresión y apoyo de la oración.
Para ello será indispensable una gran disciplina espiritual, no menor por cierto que la que es necesaria para una buena ejecución musical. Es decir, hace falta una vida iluminada no sólo por el arte, sino también por la fe, y vivida en comunicación y amistad con Dios".
(JUAN PABLO II . 1.985)
"Entre los muchos signos y símbolos usados por la Iglesia para celebrar su fe, la música es de importancia preeminente. Constituye una parte necesaria e integral de la liturgia. Sin embargo, la función de la música es ministerial : debe servir y nunca dominar. La música debe ayudar a los creyentes reunidos a expresar y compartir el don de la fe y a nutrir y fortalecer su compromiso interno con Dios. Debe realzar los textos de modo que hablen más plena y efectivamente. Ha de impartir un sentido de unidad.
La calidad del gozo y del entusiasmo que la música añade al culto de la comunidad, no puede ser obtenida de otro modo".
(OBISPOS de U.S.A. . 1.972)
"Toda la asamblea cultual ejerce el ministerio de música. Sin embargo, algunos miembros de la comunidad son reconocidos especialmente para dirigir la alabanza y la acción de gracias musicales de las asambleas cristianas. Son los músicos pastorales, cuyo ministerio es especialmente apreciado por la Iglesia.
¿Qué motiva al músico pastoral? ¿Por qué dedica tanto tiempo y esfuerzo al servicio de la Iglesia en la oración? La única respuesta puede ser que el músico eclesial es, primero, un discípulo y, después, un ministro. El músico pertenece, ante todo, a la asamblea; es, sobre todo, un fiel que rinde culto. Como cualquier miembro de la asamblea cristiana, el músico pastoral necesita ser un creyente, experimentar la conversión, escuchar el Evangelio y proclamar la alabanza de Dios. Y es también un ministro, que sirve a la comunidad y expresa el amor de Dios y del prójimo por medio de la música.
Se necesitan esfuerzos adicionales para formar hombres y mujeres para el ministerio de música. El ministerio de música debe ser reconocido como parte valiosa del esfuerzo pastoral. El clero y los músicos deben trabajar por la cooperación y el respeto mutuos en el logro de unas metas comunes".
(OBISPOS de U.S.A. . 1.982)
" El ministerio de los músicos, cantores y encargados de la animación musical de la comunidad cristiana es un servicio nobilísimo, difícil, no siempre valorado, meritorio en sumo grado. Todas estas personas, conscientes de su función y perseverantes en su empeño, están contribuyendo -si realizan bien este ministerio- a que la comunidad cristiana celebre mejor y, por tanto, vaya madurando en su fe y en su propia identidad".

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